martes, 12 de noviembre de 2013

Last Whisper

¿Quién tiene el valor de desafiar a la muerte?
un hijo del pecado, descendiente de lujuria.
Inauguro el reino inconformista de lo inerte
en una tierra vacua donde soledad acontece.
Nadie soy pues nada tuve.

Ese pionero soy yo, el Adán de lo no escrito,
sino de un fuero que ningún rey otorga,
cómplice de la palabra no pronunciada, ese mito...
Un susurro que nadie escucha,
cupido de dos corazones que no laten.
¡Halago la oscuridad que me ampara,
ámame dueña de mis sueños; mi amante!
Realizan tus caricias mi atadura.
¡Ámame y que nadie se percate de este amor prohibido!

Mina la esperanza de mi nívea llama.
Indago en mi corazón y nada encuentro.

Único soy en esta única tristeza,
la misma que su mano tiende cuando soledad acecha.
Titiritero de un muñeco que cortó sus cuerdas
imitando a un Dios inexistente;
malévolo quizá, exánime tal vez.
Omnipotente que nada puede, nada es.

Lidiar con la oscura lluvia que precipita
amansa mi cuerpo pero no mis lágrimas.
Moriré solo como solo he recorrido el camino.
En el momento donde bala impacte, caeré
y nadie escuchará mis últimas palabras,
todo se reducirá a tinieblas.
¿Oigo un siseo? El canto del viento que en mi cuerpo ametralla.