miércoles, 7 de junio de 2017

Hijo de una bestia

Soy hijo de una bestia, rodeado de ángeles
que son un espejo que me impide comprenderme,
el dolor brota de toda y ninguna parte,
de un pretérito que pasado resulta tan latente...

Recuerdo hombres clandestinos en busca de la tierra prometida
y mujeres prometidas en una tierra clandestina.
Fruto de un amor incomprendido
nace al capullo de la bestia, esa flor
que imprudente tinta la felicidad ausente
intentando subsanar incoherencias presentes,
apretando los dientes, envidiando el don de gentes.
Devora el útero y la bestia irrumpe
en un parto silencioso donde solo el futuro llora.

Qué hay de mí en un mundo tan hostil,
un páramo baldío donde ángeles y demonios juzgan
un pecado que no es más que el ser,
un cariño que no nace, un calor paterno que fenece,
soy una bestia que solo quiere el amor que le pertenece.